Desde 1959, Burgos se convirtió en un centro industrial de referencia y nudo de comunicaciones entre el norte de la Península, especialmente el País Vasco, y Madrid. La ciudad cuenta con la superficie de suelo industrial más grande de todo Castilla y León dividido en varios polígonos que albergan fábricas que mantienen el aire de mediados del siglo XX con otras totalmente punteras. Burgos cuenta con aeropuerto, con las facilidades de rodaje con las que no cuentan otros aeropuertos más transitados, una moderna estación de trenes y estación de autobuses.